Ser un arquitecto autónomo no es fácil.
Inicialmente, esta Guía se centraba (con la ayuda de Bruce) en los miedos que supone dar el paso. Como mucha gente me pregunta por distintas particularidades de ser arquitecto freelance, la he ampliado.
Te hablo de cómo enfrentarte a esos miedos, pero también de aspectos más prácticos para que tu vida como arquitecto autónomo sea larga y satisfactoria. 🙂
Cuando le dices a alguien que eres arquitecto, te mira con cara de lástima. Y si además le dices que eres autónomo, te invita a un sándwich vegetal (con el atún helado, por supuesto) y te ofrece una sesión gratuita de terapia.
El año pasado pillé por primera vez la gripe. Me arrastré agonizando hasta el centro de salud, y la doctora me confirmó el diagnóstico y tratamiento. Cama, beber líquidos, etc. Después me preguntó si necesitaba la baja para mi empresa, y yo respondí que era autónomo. Ella contestó:
“Vaya mierda, ¿no?“
Menos mal que no le dije que soy arquitecto. Si no, me ingresa.
Ser un arquitecto autónomo también tiene sus ventajas (a mí me gusta), pero los inconvenientes muchas veces nos crean una serie de cargas que nos llevan al miedo y al estrés.
Decía el bueno de Bruce Lee: “No reces por una vida fácil, reza por tener la fortaleza de afrontar una vida difícil”.
Vamos a ver cuáles son esos típicos miedos del arquitecto autónomo, qué hacer con ellos y cómo resolver todos los aspectos de la vida de este ser tan valiente.
Crédito foto: Jareed
Falsos mitos del arquitecto freelance
Ahora está más de moda decir que eres arquitecto freelance. El “free” de este término suena bien, suena a libertad. Si volvemos a la palabra en castellano, precisamente la ventaja de ser autónomo es la autonomía. Pero esa autonomía es relativa. Igual que otros falsos mitos del emprendedor.
“Tú eliges los trabajos que quieres hacer”. No siempre. Cuando hay escasez y necesidad, muchas veces no puedes elegir.
“Eres tu propio jefe”. Pues no. Los clientes de un arquitecto autónomo son sus jefes, y los hay de todo tipo.
Los clientes de un #arquitecto autónomo son sus jefes, y los hay de todo tipo #coaching Share on X
“Tienes el horario que tú quieres”. Relativo. En muchas ocasiones acabas trabajando más horas que siendo empleado por cuenta ajena, sobre todo cuando empiezas, y también debes amoldarte a ciertos compromisos cuyo horario no puedes elegir.
“Puedes trabajar desde donde quieras mientras das la vuelta al mundo”. No. Aunque puedas obviar el contacto directo con los clientes y no tengas, por ejemplo, visitas de obra, intenta hacer un proyecto de ejecución en un portátil de 11 pulgadas.
“Ganas mucho dinero”. Incluso suponiendo que tengas un flujo de encargos apreciable, si empiezas a quitar cuotas (lo de este país es tremendo) e impuestos, de lo que ganas te queda algo menos de la mitad. Y luego ponte a detraer gastos, y verás.
Además, como se suele decir, un arquitecto autónomo es un profesional al que despiden todas las noches y que todas las mañanas tiene que ponerse a buscar trabajo. Es uno de sus principales miedos. Debe estar permanentemente dedicado a conseguir encargos. Puede llegar a emplear el 50% de su tiempo en ello.
Bruce decía: “Al diablo con las circunstancias, yo creo oportunidades”.
Algunos miedos del arquitecto autónomo
Independencia y responsabilidad
Ante estas circunstancias, es normal que surjan los miedos de un arquitecto autónomo, inseguridades, ansiedad y estrés.
Hay una primera paradoja que resulta una carga. Cuando eres autónomo buscas la independencia, pero pronto te das cuenta de que esa independencia es muy relativa, puesto que tu nivel de responsabilidad aumenta. Estás atado a tus responsabilidades.
Tus decisiones tienen efectos más inmediatos. No puedes confiar en la protección de una organización, y a veces el nivel de responsabilidad abruma. Responsabilidad con tu situación (¿podré comer el mes que viene?) y con tus clientes (si meto la pata, le puedo arruinar la vida a esta gente).
Nos dedicamos a actividades que de por sí encierran una gran responsabilidad. Construir cosas que no se caigan y manejar mucho dinero, por ejemplo.
Para muchas personas es terrorífico tomar las riendas de su propia vida profesional, precisamente por ese nivel de responsabilidad. No poder echarle la culpa a nadie de sus errores.
Ante estos miedos, la autoconfianza es fundamental. ¿Conoces tu valía profesional? ¿Tienes razones para dudar de tu capacidad? ¿En alguna ocasión te has visto sobrepasado por algún problema que no supieras solucionar?
Si conoces tus límites y capacidades, serás capaz de saber qué trabajos acometer con seguridad, y si en algún momento te ves superado siempre puedes buscar ayuda de alguien con mayor preparación o experiencia. Eres autónomo, no el último mohicano.
Bruce: “No tengas miedo al fracaso. Al hacer grandes intentos, es hasta glorioso fallar”.
La propia supervivencia
los peores miedos del arquitecto autónomo surgen relacionados con la supervivencia propia. ¿Tendré suficientes encargos? ¿Mis ingresos me permitirán vivir? ¿Los clientes me pagarán?
Esto es absolutamente normal, sobre todo al inicio de la actividad, y realmente puede ser difícil de manejar por el grado de incertidumbre. Al principio no tienes datos fiables sobre tu propio desempeño y capacidad para atraer clientes.
Ante esto, conviene tener un plan. Aunque las circunstancias tremendamente cambiantes del entorno no te van a permitir planificar al detalle y cumplir con exactitud, sí que debes tener unas líneas maestras estratégicas y tácticas definidas, y saber en todo momento dónde estás.
Tener claro el volumen de encargos que necesitas y que estás teniendo, el nivel de facturación, tu efectividad a la hora de cumplir con los encargos y gestionar el cobro… Todo ello te puede dar mucha calma, porque elimina un porcentaje de la incertidumbre.
Si navegas por un gran océano y no ves tierra por ningún lado, aparece la ansiedad. Pero si en esa misma situación tienes tu brújula (o las estrellas), sigues un rumbo y sabes que llegarás a tierra en cierto momento, estarás mucho más tranquilo. Puede aparecer un imprevisto, te puedes encontrar una isla con una peligrosa y sinuosa Circe, pero eso es otra historia.
Ah, y por supuesto ayuda llevar provisiones en el barco. Tener un colchón económico para pasar las dificultades te dará tranquilidad. Perogrullo dixit.
Bruce: “Deja que la naturaleza siga su curso y tus herramientas golpearán en el momento exacto”.
Estrés
Los autónomos son los profesionales más estresados según los estudios que se hacen cada año, junto con los altos ejecutivos. La profesión de arquitecto es además una de las que mayores niveles de estrés produce. Los miedos del arquitecto autónomo se suelen traducir en ansiedad.
Muchas veces tiendes a cargarte de trabajo, más del que puedes asumir. Y suele ser muy variado, tú mismo tienes que encargarte de todo: prestar tus servicios, promocionarte, pensar en estrategia, manejar finanzas… Eres un compendio de las áreas funcionales de una empresa.
Como #arquitecto autónomo eres un compendio de las áreas funcionales de una empresa Share on X
En estas circunstancias, más te vale tener un sistema bien afinado. Mi serie sobre efectividad personal de un arquitecto en la que hablo de GTD te puede ayudar a decidir si ese sistema te acopla.
Puedes elegir otro, pero la efectividad es clave para reducir el estrés. Recuerda, es un compendio de eficiencia y eficacia.
Esa eficacia incluye saber decir “no” a ciertos encargos que no puedas asumir, por las circunstancias, el plazo imposible de ejecución, el coste personal y profesional o la falta de preparación.
Plantéate a qué estás renunciando cuando dices “sí” a un encargo. La ecuación debe estar equilibrada.
Saber delegar es fundamental. Debes ser consciente de en qué actividades aportas valor, y es mejor delegar aquéllas en las que no aportas nada.
Ten en cuenta también el coste de tu tiempo, como veremos más adelante en este post. Si tu hora vale X y necesitas 6 horas para hacer algo (6X), y hay alguien que te lo hace por 2X, delégalo. Externalízalo. Esas 6 horas las podrás dedicar a cosas más rentables.
Bruce: “Si amas la vida, no pierdas el tiempo. De tiempo está hecha la vida”.
Conciliación
He puesto conciliación, pero la palabra casi pierde su sentido en el caso de un autónomo. Los límites entre lo personal y lo profesional se diluyen, y acaba siendo todo un tejido continuo en el que compromisos de todo tipo conviven. La cuestión es que convivan en armonía.
Uno de los grandes miedos del arquitecto autónomo es la invasión de su vida por parte de lo profesional.
Lo de ponerse un horario firme de trabajo puede funcionar en contadas ocasiones. Depende de las personas y las situaciones, y es más difícil si trabajas en casa
A veces, por ejemplo cuando te estás convirtiendo en un arquitecto hervido, sí es muy conveniente poner límites claros, líneas rojas que no pasarás.
En otros casos, la flexibilidad bien llevada te ayudará más. Si trabajas por contexto y según tu nivel de energía del momento, tendrás mucho terreno ganado.
Eso sí, recuerda dedicar tiempo a tu bienestar, vida personal, familia, aficiones…
Bruce: “Todos los patrones de ajuste fijos no poseen flexibilidad. La verdad está fuera de todos los patrones fijos”.
Más apuntes para enfrentar tus miedos de autónomo
Más cosas que puedes hacer:
- Trabaja la gestión emocional. ¿De dónde provienen realmente esos miedos? Hablaremos sobre esto en próximos artículos, da para mucho.
- Celebra los logros. Esos pequeños triunfos que vas consiguiendo. Que no pasen desapercibidos.
- Ten gratitud hacia las cosas buenas que te da tu modo de vida. Hoy nos hemos centrado en lo negativo, pero conviene recordar cada día lo positivo de ser autónomo.
- Evita el exceso de futuro. Recuerda que el 90% de las situaciones que nos preocupan (pre+ocupan) nunca llegan a producirse. ¿Por qué sufrir ansiedad con ellas?
- Aprende a respirar. También le dedicaremos un artículo. Tu respiración es un síntoma claro de tu estado mental y una herramienta poderosa para manejarlo.
- Haz algo de actividad física.
- Cuida lo que comes y bebes. Duerme.
- Revisa bien tu espacio de trabajo y tus posturas.
Cuida tu herramienta de trabajo: tú mismo. Te encontrarás mejor, tendrás menos estrés y los miedos se reducirán porque te verás con más poder para enfrentarlos.
Bruce Lee: “Las batallas de la vida no siempre van al hombre más fuerte o más rápido, pero tarde o temprano el hombre que gana es el hombre que cree que puede”.
Una vez superados los miedos, pongámonos en marcha
Bueno, hemos dado un buen repaso a las barreras mentales que es normal tener cuando te enfrentas a iniciar tu actividad como arquitecto autónomo. Ahora vamos a por ello. Al lío.
Es importante hacerlo con un mínimo de reflexión, pero sin volverte loco analizando mil y un detalles, porque acabarás paralizado. Además, hay cosas que no vas a poder validar hasta que no las pruebes.
Para ser un #arquitecto autónomo no te lances a lo loco, hay un mínimo de análisis necesario #arquitectura Share on XTe van a servir muchos de los pasos que te cuento en este post sobre cómo abrir un estudio de arquitectura. Tu actividad va a ser parecida, sólo que siendo autónomo vas a ser una forma de vida que contiene todas las áreas funcionales de una empresa.
Échale un ojo sobre todo a la parte de estrategia, puesto que debes analizarla igual si abres un estudio con 100 personas o si eres un arquitecto freelance. Aquí tienes más información sobre diseñar tu estrategia como arquitecto para conseguir clientes.
Intenta también en tener desde el primer momento actitud comercial y en forjar alianzas a través del networking.
Y te resumo en el siguiente punto los tres trámites administrativos básicos que necesitas para ponerte en marcha.
Papeleo para ser un arquitecto autónomo
HNA o RETA
Para ejercer como arquitecto autónomo debes darte de alta en algún sistema de previsión social. Normalmente los profesionales lo hacen en el RETA, el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social.
Sin embargo, como arquitectos tenemos la opción de hacerlo en la Hermandad Nacional de Arquitectos HNA.
No me voy a decantar por un sistema u otro, son parecidos y las diferencias están en el matiz. Al principio HNA puede salir un poco más económico, pero la cobertura médica tiene ciertas limitaciones.
En cualquier caso, ambos regímenes tienen cuotas reducidas iniciales para facilitarte el acceso a la actividad, así que infórmate bien en la Seguridad Social o en HNA. Ahora mismo están en 50 €/mes.
Colegiación
Para poder visar trabajos como arquitecto vas a tener que colegiarte en el Colegio Oficial de Arquitectos de tu demarcación. Sí, más cuotas.
Ahora mismo yo estoy pagando unos 150 €/año en el COACV.
Ya que la ley te obliga a colegiarte, procura aprovechar al máximo todos los servicios que los Colegios te ofrecen. Información, asesorías, servicios informáticos, etc.
La tendencia va hacia un funcionamiento cada vez más online, y ya no es tan habitual eso de ir al Colegio y encontrarte a los compañeros y compartir algunas anécdotas. Aun así, te conviene llevarte bien con los profesionales que trabajan allí.
Hacienda
Otro trámite que debes llevar a cabo es el de dar de alta tu actividad económica en Hacienda. Vamos, darte de alta en el IAE (Impuesto de Actividades Económicas).
Esto se hace a través del modelo 036 o 037, y el epígrafe que corresponde a los arquitectos es el 411.
Darse de alta te saldrá gratis, pero ten en cuenta que desde el momento en que lo haces tendrás que empezar a realizar declaraciones trimestrales de IVA, IRPF y retenciones (y algún modelo más dependiendo de tu actividad).
Si no te las haces tú, esto sí que te puede costar dinero. Un asesor que te ayude te puede cobrar unos 40 €/mes por ello. Los hay también más baratos o más caros.
El ejercicio profesional del arquitecto autónomo
Ya lo tenemos todo en orden. Ahora tu misión consiste en captar trabajo, realizarlo con gran efectividad y cobrarlo cuanto antes. Fácil, ¿no?
Tienes mucha información en este blog sobre cómo conseguirlo, pero vamos a mencionar algunos puntos importantes a tener en cuenta por un arquitecto autónomo:
- Cuidado con los honorarios, los cobros y los pagos. Debes trabajar como si te hubieras asignado un sueldo y ese sueldo te lo tuvieras que pagar a ti mismo cada mes. En pocas palabras: tu tiempo te cuesta dinero.
- Lleva las cuentas y ajusta tus honorarios, como mínimo, con un margen por encima de tus costes. Te explico cómo en este post sobre el cálculo de honorarios del arquitecto basado en los costes.
- Como te decía más arriba, eres una empresa andante. Tienes que ocuparte de muchas cosas y no hay nadie más que las haga. Por lo tanto, es muy importante que cuides la productividad.
- Para lo anterior hay herramientas, trucos, dispositivos… Pero la verdadera productividad está en ti. Si conoces algunos conceptos básicos, puedes ser mucho más efectivo con papel y lápiz que con un iPad Pro.
- Sobre este aspecto te recomiendo leer mis posts sobre efectividad personal del arquitecto.
- Ser autónomo implica soledad y se hace duro. Valora la posibilidad de montar tu grupo mastermind para encontrar ayuda y apoyo. Hablaremos más sobre esto en próximos posts.
La evolución del arquitecto autónomo
No, no voy a hablarte de Pokémons. No te vas a transformar de repente al cabo de unos años en superautónomo, Capitán Freelance o algo así. 🙂
Pero el caso es que si las cosas te van bien, vas generando cada vez más encargos y obtienes rentabilidad suficiente como para que tu actividad sea sostenible, es normal que te plantees crecer.
Es más, es posible morir de éxito si tu volumen de trabajo te supera y empiezas a dar mal servicio.
Como arquitecto autónomo es posible morir de éxito si tu volumen de trabajo te supera y ofreces mal servicio #arquitectura Share on XEn estos casos puede que necesites más manos para absorber más carga de trabajo.
La decisión de pasar de ser un autónomo a otra cosa, como por ejemplo un estudio, debes meditarla desde varios puntos de vista:
- Valora si el volumen de trabajo es puntual o si es una tendencia consolidada que se mantendrá en el tiempo.
- Reflexiona qué tipo de ayuda necesitas. ¿Colaboraciones puntuales o alguien fijo?
- Si quieres tener equipo vas a tener que ser un buen arquitecto líder.
- Vas a perder libertad, si es que la tenías. 🙂
- Los factores económicos pesan mucho. El equipo con el que cuentes deberá aportar un saldo positivo, es decir, deberá generar ingresos por encima de lo que te cueste (dicho a lo bruto).
Es una decisión personal, complicada e importante, así que reflexiónala un poco.
Una opción es empezar mediante colaboraciones puntuales con otros profesionales, ir testeando el modelo y más adelante decidir.
Sobrevive en la jungla del arquitecto freelance
El arquitecto autónomo es un ser muy bien dotado para la supervivencia, pero que vive en un entorno complicadísimo, hipercompetitivo y cambiante.
Sobrevivir en solitario en ese entorno es difícil y requiere de grandes esfuerzos.
Para algunas personas las recompensas merecen la pena todo ese esfuerzo. Para otras, la aparente seguridad de un equipo o de trabajar por cuenta ajena (repito, aparente) pesa más.
Si tomas la decisión de ser un arquitecto autónomo en esta jungla, aquí tienes esta pequeña guía para ayudarte. Espero que te resulte útil, porque tendrás que luchar.
Como decía Bruce Lee: “Esperar que la vida te trate bien porque eres buena persona es como esperar que un tigre no te ataque porque eres vegetariano”. Cambia “vida” por “mercado” y “persona” por “profesional”. Y sal a por ellos.
En cualquier caso, muchos ánimos. 🙂
Tienes mucha más información, posts, recursos y herramientas para mejorar tu desempeño en la categoría DESARROLLO PERSONAL DEL ARQUITECTO.
¿Cómo lo llevas tú? ¿Te puede la incertidumbre? ¿Sientes estrés con la vida del arquitecto autónomo? ¿Estás pensando lanzarte?
Gracias por leerme. Que tengas un buen día.
¿QUIERES VIVIR DE LA ARQUITECTURA?
Suscríbete a mi newsletter y recibirás en tu email todos mis artículos, viñetas y contenido exclusivo.
También te enviaré gratuitamente la
GUÍA PARA LA ESPECIALIZACIÓN DEL ARQUITECTO
Muchisimas gracias por este articulo. Aun no soy arquitecto, soy estudiante, y ademas trabajo para estudiar (En Arg.). En la misma carrera se sufren muchas de las cosas de la vida real (aunque entiendo que a menor escala). Sin embargo cuando lo pienso, se que no podria haber elegido otra cosa. Es lo que me gusta. Hace sentirse entendido ver que realmente se vive asi,y que, con trabajo, se puede lograr estar un poquito mejor. un Abrazo!
Hola, Mauro.
Pues mucho ánimo con tus estudios. Es cierto, algunas de las cosas que describo en el artículo se viven también en la carrera. Otras, en cambio, te las encontrarás de sopetón al iniciar tu actividad profesional, pero bueno, si las afrontas con conciencia y las ideas claras, todo sale mejor.
Parece que tienes una vocación fuerte, así que eso te ayudará mucho también. A por ello. 🙂
Muchas gracias por leerme y por comentar.
¡Un saludo!
Redondo tu artículo!!!
¡Muchas gracias, Elsy!
Un saludo.
Buenas tardes,
Gracias por tu artículo, soy recién titulado y hoy comienza mi andadura en la vida de Arquitecto Autónomo. Como bien dices, con ilusión y miedo.
Esperemos saber hacer las cosas bien y todo vaya hacía delante, tendré muy en cuenta tus consejos.
De nuevo muchas gracias, seguiré leyendote.
Un saludo.
Gonzalo Alvite
¡Hola, Gonzalo!
Es una aventura interesante. Mucho ánimo y acierto con tu emprendimiento. 🙂
Tienes mucha información que te resultará útil en el blog. Espero que vaya muy bien.
¡Gracias por escribir! Un saludo.
Hola Joan.
Me licencié en arquitectura hace unos años, y desde entonces te leo siempre. Tus post son una inspiración para todos los que queremos ganarnos la vida con este oficio. Tengo el deseo de empezar como autónomo, pero entre trabajos precarios y algunos miedos, que bien comentas en el artículo, no decido lanzarme a la piscina. Quería preguntarte, ¿Es rentable en estos tiempos establecerse como arquitecto independiente con estudio unipersonal? Cuando no hay posibilidad de asociarse, ya que en mi caso por ejemplo no encuentro al socio/a “ideal” ¿Recomendarías emprender en solitario?
No encuentro mucha información al respecto o casos de éxito. Tampoco he visto ningún artículo hablando de ello en concreto, aunque mucho sobre lo que escribes es aplicable en el caso de emprender.
Muchas gracias por toda la ayuda que supone el leerte.
¡Hola, Toni!
Muchas gracias por seguirme y por tus palabras. 🙂
La respuesta es “sí”. Sí que se puede ejercer la profesión de manera individual con rentabilidad. Eso sí, debes saber perfectamente dónde estás y cómo posicionarte, porque no vas a poder competir con organizaciones que tengan más medios, al menos no podrás si utilizas sus mismas armas.
En la web tienes mucha información sobre emprender, y también algunos testimonios de casos de éxito de estudios unipersonales (algunos con el tiempo han dejado de serlo y han crecido). Puedes echar un ojo a Brota Arquitectura, Well your Ways, Silvia Villamor, Arquitectos de Familia, Beatriz Moral… Y bastantes más que no han publicado testimonio.
Si estás totalmente decidido a emprender y has chequeado bien que es lo que te va, te recomiendo que lo hagas. Pero no a lo loco, con estrategia y conocimiento del mercado. Cualquier cosa nos dices.
¡Gracias por escribir! Un saludo.