Terminados hace unos días los Juegos Olímpicos de Río 2016, me vienen a la cabeza algunas reflexiones acerca de la potencia del coaching y el entrenamiento mental como herramienta para alcanzar objetivos y lograr la excelencia.
Es muy fácil subirse al carro emotivo de los éxitos de los deportistas de nuestro país. Los políticos son los primeros que lo hacen. Hoy no voy a aburrirte con otra oda a las virtudes patrias ni con relatos estadísticos.
Lo que quiero es presentarte algunos casos llamativos en los que el poder del coaching como herramienta de entrenamiento mental ha supuesto una diferencia definitiva en un mundo tan extremadamente competitivo como es el del deporte de élite.
Y ello nos sugiere una reflexión. Si tiene éxito en entornos tan complejos, ¿qué no se podrá lograr aplicado a actividades más cotidianas del mundo laboral y personal?
Coaching y deporte
El nacimiento y desarrollo del coaching como disciplina y metodología siempre ha estado muy ligado al mundo del deporte.
Hay bastante consenso en situar la génesis primigenia en la Grecia Antigua, allá por el siglo V a.C., con la figura de Sócrates. Su Método Mayéutico de enseñanza, basado en la pregunta poderosa para despertar la conciencia en el discípulo, y su creencia de que las respuestas están dentro de la persona y solamente hay que dejarlas salir, se aproximan bastante a la raíz del coaching moderno.
Evidentemente, Sócrates no sabía que lo que hacía era coaching. Todavía no se habían inventado los anglicismos.
Sin embargo, y ya en el siglo XX, hay también cierto consenso en considerar como momento decisivo para la definición del coaching tal y como lo conocemos hoy a la labor de Timothy Gallwey, expuesta en su libro “El juego interior del tenis”. Gallwey creó una metodología para la mejora de deportistas de alto nivel, tenistas. Comprendió que la mayor batalla no se desarrollaba en la pista de tenis, sino en su mente.
Los resultados de ese entrenamiento mental fueron espectaculares, por lo que la metodología se sistematizó y fue conociéndose por el mundo, llegando a Europa de la mano de Sir John Whitmore, trasplantándose del mundo del deporte a ámbitos más generales.
Y tras esta pequeña introducción, vamos a ver algunas cosas que han pasado estos días.
Carolina Marín destruye sus creencias limitantes
Hablábamos hace unos días en otro artículo de creencias limitantes, esos juicios sobre nosotros mismos que nos impiden progresar. También del efecto Pigmalión. Si nos creemos y repetimos constantemente que no podemos hacer algo, nunca lo haremos.
Pues bien, Carolina Marín es la número uno mundial y campeona olímpica en bádminton porque supo superar algunas creencias limitantes y hacer un trabajo de coaching deportivo y entrenamiento mental tremendamente eficaz.
Carolina Marín es número 1 porque consiguió superar algunas creencias limitantes Share on XEs una pionera, una europea en un mundo tradicionalmente dominado de forma aplastante por las jugadoras asiáticas. Tampoco vamos a contar toda su historia, pero cuando comienza a entrenar a los 14 años con su actual entrenador cuenta también con la ayuda de un psicólogo en su equipo. Los tres llevan a cabo un trabajo de mentalización, eliminación de creencias limitantes, empoderamiento y confianza en unos valores que, al cabo de los años, ha dado resultados.
Ella misma cuenta que en 2013 se produce un salto enorme en su desempeño. Logra llegar a cuartos de final en el Mundial, venciendo a jugadoras asiáticas. Aunque pierde, es en ese momento cuando destruye definitivamente la creencia de que solamente esas jugadoras pueden dominar el mundo del bádminton. Se les puede ganar.
En la final de Río 2016 se produce un momento conmovedor que ejemplifica perfectamente la potencia del coaching. Carolina empieza mal, pierde el primer set y se dirige a hablar con su entrenador. La conversación, captada por las cámaras, podéis leerla aquí.
Tras esta breve charla, Carolina sale con otra actitud. Se merienda a su rival en el segundo set y gana el tercero y la medalla de oro. ¿Qué ha ocurrido?
No se ha hecho magia. El coaching no consiste en soltar cuatro frases motivadoras y emotivas, como en las películas americanas, para que se produzca una reacción inmediata. Eso no es real. Aquí simplemente tenemos el caso de una chica que lleva años trabajando estos aspectos con su equipo.
Su entrenador, en ese momento, le recuerda los valores que le han llevado hasta allí. Le dice que se olvide del marcador, que vuelva al camino que tiene aprendido, a su mentalidad y disciplina. Para ello, utiliza un recurso trabajado de antemano con ella. Toda la labor de esos años aflora gracias a la chispa creada por el entrenador, y Carolina se enfoca y cambia de actitud.
Resultado: oro.
Ruth Beitia arrasa a sus rivales con la mente
Ruth Beitia, la saltadora de altura española, anuncia que se retira tras los Juegos olímpicos de Londres 2012, después de una buena carrera en el atletismo con algunos triunfos. Meses después, el gusanillo de la competición que todavía colea en ella, y su entrenador de toda la vida le convencen para volver. Desde ese momento, consigue los mejores resultados de su carrera, culminados con la medalla de oro en Río 2016.
¿Por qué? Ruth enfoca mentalmente esa segunda juventud de otra manera. Como ya ha tenido una buena carrera, esta segunda etapa la aborda sin presión, sin obligaciones. Consigue eliminar la ansiedad. Lo disfruta. Ella misma lo dice. La medalla de oro es muy importante, pero lo mejor es el trabajo hecho durante esos años, el camino.
El objetivo es importante, pero mejor todavía es disfrutar del camino hacia él Share on XLa muestra es la final de Río. Ruth sonríe, está relajada, pasándolo bien (muy poca gente puede vivir la experiencia de disputar una final olímpica), mientras que sus rivales se crispan, muestran su ansiedad, sufren. Evidentemente, sólo sonriendo no saltas 2 metros de altura, pero además de un físico, una técnica y un entrenamiento, en el deporte de élite cualquier detalle marca la diferencia. Y en este caso, Ruth supera a sus rivales con la mente, con entrenamiento mental.
Todo ello fue captado y narrado de forma magistral en Twitter por el periodista Ramón Trecet. Vale la pena leerlo, porque es exactamente lo que estaba pasando. Sigue la flecha.
El ejemplo de Rafa Nadal
Y hablando de mejora continua y entrenamiento mental, ¿qué decir del ejemplo de Rafa Nadal?
Rafa ha ganado un oro en los Juegos con Marc López en dobles. Sin embargo, en la prueba individual ha quedado cuarto, ha ganado la “medalla de chocolate”. Aun así, ha salido de los juegos con el reconocimiento de todo el mundo y satisfecho de sí mismo con su labor.
Podríamos hablar durante horas, pero quiero destacar tres cualidades básicas de Rafa Nadal:
- Mejora continua. Nadal no es ni parecido al jugador que empezó a ganar torneos con 17 años. Ha ido mejorando, añadiendo registros a su juego y creciendo incluso cuando parecía que no le hacía falta porque lo ganaba todo.
- Resiliencia. La capacidad de levantarse después de una caída. Tras algunos reveses en forma de lesiones que un tenista normalmente no suele superar, Rafa ha conseguido volver a la élite en repetidas ocasiones y seguir al máximo nivel. Nunca se rinde.
- Vencer al miedo. En el tenis, a igualdad de otras condiciones, gana el que tiene menos miedo a perder el siguiente punto. Si has jugado, sabrás de lo que te hablo. Nadal ha conseguido desterrar el miedo de su juego. No teme perder, puesto que lo da todo, y por lo tanto disfruta de la victoria de su esfuerzo y actitud.
Todo este entrenamiento mental, forjado durante muchos años al abrigo de su tío y entrenador, ha hecho de Nadal un jugador diferente y que ha marcado una época. Es un modelo a imitar por las generaciones posteriores, e incluso por las actuales. El actual número 1 del mundo, Novak Djokovic, consiguió serlo cuando “nadalizó” su manera de ser tenista.
En el tenis gana el jugador que tiene menos miedo a perder el siguiente punto Share on XEntrenamiento mental a través del coaching
Ante estas historias del mundo del deporte, se puede entrever la potencia del coaching como herramienta para el entrenamiento mental aplicable a la mejora y el logro de objetivos. Del mismo modo, nos puede servir para los partidos que jugamos cada día en nuestro trabajo o en cualquier ámbito de la vida.
Y es que, sean deportivos, laborales o vitales, los objetivos son objetivos. La mente manda a la hora de encaminarnos hacia su consecución o tomar el camino opuesto (o no tomar ninguno).
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¿Eres una persona que se siente identificada con estas hazañas deportivas? ¿Cómo afrontas tus objetivos? ¿Ves analogías entre el mundo del deporte y otros ámbitos de la vida? ¿Crees que puedes aplicar lo que has leído en tu propia situación?
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Gracias por leerme. Que tengas un buen día.
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Hola Joan,
como siempre, muy didáctico, interesante y útil.
En relación con los deportistas que has mencionado en el articulo, últimamente Linkedin está lleno de comentarios… me llamó especialmente la atención una de Carolina Marín que venia a decir que cuando llegó a Madrid con 14 años y le presentaron a su psicólogo y ella pensó que eso era para “locos”… a día de hoy está encantada, y evidentemente puede estarlo!
Sobre pensamientos y creencias limitantes, seguro que hay para escribir hasta el infinito, aunque algo que me gustaría expresar al respecto, es la importancia y la potencia del lenguaje en las etapas iniciales de una persona, en ocasiones algunas de las limitaciones más importantes provienen de esta fase, cuando la gente que te envuelve (padres, familia en general, profesores, amigos, etc…) emiten juicios absolutamente subjetivos que pueden acompañarte el resto de tu vida.
Saludos,
Abel
¡Hola, Abel!
Gracias por tu comentario.
Pues sí, tienes toda la razón. El lenguaje es fundamental; al fin y al cabo pensamos con palabras. Esto resulta especialmente patente en la infancia, cuando somos como esponjas que absorbemos todo, y por lo tanto especialmente influenciables por quienes nos rodean. Y si éstos son figuras de autoridad y afectivamente importantes, ya ni te cuento.
Como adultos también tiene una gran importancia cómo nos hablamos a nosotros mismos. Desterremos por tanto el automachaque y procuremos ser más amables con nuestra propia persona. Somos los más indicados para ello.
Encantado de verte por aquí.
¡Saludos!
Interesante artículo que pone de manifiesto lo importante que es no concentrase en el objetivo, parece que esa es la palabra más chula del vocabulario de much@s. A DISFRUTAR DEL CAMINO!!!
¡Hola, Rosa!
Efectivamente, nos centramos tanto en la búsqueda del resultado que olvidamos disfrutar del camino, que muchas veces es mucho más gratificante.
¡A los que practicamos Tàijí es lo primero que nos dice el maestro!
Gracias por pasarte y por comentar.
¡Un abrazo!