El coste de oportunidad en la vida cotidiana es un concepto del que muchas veces no nos acordamos.
Cuando tomamos una decisión y elegimos entre varias opciones, normalmente ello suele implicar un coste de oportunidad. Y la vida es tomar decisiones, así que estamos rodeados por esos costes continuamente.
Veamos qué importancia tiene el coste de oportunidad en la vida cotidiana, cómo ser consciente del mismo y de qué modo valorarlo a la hora de tomar decisiones.
¿Qué es el coste de oportunidad?
El coste de oportunidad es un concepto que procede de la economía. Se refiere al valor que dejas de percibir cuando inviertes un recurso en algo. Por ejemplo, si inviertes X en algo, el coste de oportunidad es lo que te rentarían esos X invertidos en la mejor opción de las restantes.
Traducido a otros ámbitos de la vida, podríamos decir que es lo que dejas de obtener con un recurso cuando decides utilizar ese recurso para algo. Un trabalenguas.
Se ve mejor con otro ejemplo. Estás valorando si hacer un master o no. Es una inversión. Consideras el coste del master, el alojamiento y transporte (porque es en Madrid y tú vives en Orejilla del Sordete), y todos los desembolsos que tienes que hacer.
Además, tienes que contrastar esto respecto a la rentabilidad que esperas obtener. La puedes valorar considerando que te ayudará a lograr un buen empleo, e incluso estimando cuánto tiempo te costará recuperar lo invertido.
Pues bien, hay un coste de oportunidad que debes añadir en la ecuación, y es el de todos los ingresos y experiencia que vas a dejar de percibir por no trabajar durante el año que dura el master, ya que éste es intenso y no lo podrás compatibilizar.
Lo que dejas de obtener por hacer el master y sí podrías obtener de no hacerlo.
¿Por qué esto es importante? Pues porque evidentemente suma en la ecuación. Cuando vas a tomar la decisión, cuando vas a juzgar si la inversión en el master es buena o no, debes tener en cuenta esos factores.
El coste de oportunidad es importante porque suma en la ecuación #coaching #arquitectura Share on XY así con muchas otras cosas que representan un coste de oportunidad en la vida cotidiana. No sólo con el dinero.
El coste de oportunidad en la vida cotidiana y las decisiones
Muchas veces nos cuesta tomar decisiones porque intuimos el coste de oportunidad que se genera con ellas.
Cuando dudamos entre A y B, podemos entrever que A es mejor que B en todos los aspectos, pero no queremos perder las posibilidades de B.
Como el James Stewart de La Ventana Indiscreta.
Tiene una novia, Grace Kelly (¡Grace Kelly!), pero no quiere comprometerse. Aunque sabe que su novia es la persona adecuada, no quiere perder la oportunidad de tener un estilo de vida más “disperso” y puede que más novias en el futuro. Es su coste de oportunidad.
Para mí Grace Kelly supera a cualquier coste de oportunidad, pero puede que ése no sea tu caso. Por eso, es importante que valores en las decisiones esos costes “ocultos”.
Según algunos autores, incorporar la valoración del coste de oportunidad en la vida cotidiana hace que mejoremos muchísimo el resultado de nuestras decisiones.
Dificultad de valorar el coste de oportunidad
Obviamente, como estamos trasladando un concepto económico a un mundo no económico, nos va a resultar difícil valorar esos costes.
Si estamos valorando si hacemos una inversión financiera, lo tendremos más o menos fácil. Haremos cálculos y estimaciones.
Cuando hablamos de otro tipo de decisiones, los beneficios pueden ser más intangibles.
¿Cómo se valora, en la mentalidad de 1954 de Jimmy Stewart, la posibilidad de viajar cuando quieras y a donde quieras sin depender de nadie? ¿O la de seguir haciendo fotos a coches de carreras, con el riesgo que ello supone?
No existe un costedeoportunidómetro que nos sirva para cuantificar todos los casos. Además, cada persona es distinta.
Ante esto, es importante el autoconocimiento. Cuanto mejor te conozcas, más acierto vas a tener a la hora de valorar ese coste de oportunidad en la vida cotidiana.
Valorar el coste de oportunidad de elementos intangibles es complicado #coaching #arquitectura Share on XVas a saber si las cosas que se supone que pierdes al tomar un camino son realmente importantes para ti, e incluso podrás conocer qué grado de importancia tienen.
Y también es importante que prestes atención a esos costes, que no pases por las decisiones como si ellos no existieran. Casi siempre existen.
El coste de oportunidad en la vida cotidiana minuto a minuto
Tampoco se trata de que enloquezcas y te pongas a valorar el coste en cada cosa que decides hacer, pero sí es cierto que esto tiene mucho que ver con la efectividad personal.
Una parte importante de nuestra efectividad es elegir qué cosas hacemos y qué cosas no (a esto lo llamábamos eficacia). En ese tipo de decisiones estarán implicados costes de oportunidad, y son fundamentales en nuestro desempeño.
El tiempo es limitado y la cantidad de cosas que tenemos que hacer enorme. Normalmente no vamos a llegar a todas. Elegir las correctas es muy importante, y ello depende en gran medida del coste de oportunidad.
Por ejemplo, seguir mejorando los planos de un proyecto que ya están suficientemente bien te va a suponer un coste, que puede ser el de no dedicar suficiente atención al presupuesto. ¿Recuerdas cuando hablamos del exceso de perfeccionismo?
O si dedicas también mucha atención al presupuesto te tendrás que quedar hasta las 2:00. En ese caso tendrás el coste de oportunidad de todo lo que ganas estando a esas horas con tu familia o amigos o escuchando música o viendo La Ventana Indiscreta o durmiendo.
Valorar el coste de oportunidad tiene grandes ventajas a largo plazo #coaching #arquitectura Share on XTe puedes hacer una idea de lo importante que acaba resultando esto a largo plazo y de cómo influye en tu felicidad y en suma en tu vida.
Te animo, pues, a que empieces a valorar ese coste de oportunidad en la vida cotidiana. Por lo menos plantéalo. No hay modo exacto de valorarlo, pero simplemente intuyéndolo tu vida cambiará un poco. A mejor.
Tienes mucha más información, posts, recursos y herramientas para mejorar tu desempeño en la categoría DESARROLLO PERSONAL DEL ARQUITECTO.
¿Sueles tener en cuenta el coste de oportunidad en la vida cotidiana? ¿Te cuesta mucho tomar decisiones? ¿Sabrías valorarlo?
Gracias por leerme. Que tengas un buen día.
¿QUIERES VIVIR DE LA ARQUITECTURA?
Suscríbete a mi newsletter y recibirás en tu email todos mis artículos, viñetas y contenido exclusivo.
También te enviaré gratuitamente la
GUÍA PARA LA ESPECIALIZACIÓN DEL ARQUITECTO
Me ha encantado el artículo, Juan, hace tiempo que vengo utilizando un concepto parecido pero no tan completo. Este post me ha llegado en el momento más oportuno. Gracias por lo que escribes y como lo escribes.
Hola, Silvia.
Me alegro de que te haya gustado. 🙂
Muchas gracias por seguir leyéndome y por tus palabras.
¡Un saludo!
¡Me encanta que inventes “palabros” Joan!
Yo siempre he pensado que a la hora de valorar nuestros honorarios profesionales, por ejemplo, las cosas valen no sólo por el trabajo en sí mismo sino por lo que vale el tiempo en la que estás dedicado a ello… entiendo que eso está en la línea del coste de oportunidad… ¿no?
¡Jajaja!
Bueno, en realidad es un palabro del mundo financiero transplantado. 🙂
Sí, es eso más o menos. ¿Cuánto te rentaría el tiempo que estás dedicando a algo si en vez de ello lo dedicaras a la mejor de las otras alternativas posibles? Ahí está el coste de oportunidad.
¡Un abrazo!
Saludos Joan me gusta mucho el tema pero pienso que ya es suficiente cuando estamos concentrados en la realizacion de un trabajo o actividad, pensando como resolverlo ya sea un proyecto por encargo, por cual color cambio el color actual de mi carro etc. pues esto nos llena de mucha incertidumbre con tantas opciones que conseguimos pero siempre nos dara una buena satisfacion de resultado, como para ponernos a pensar que pierdo o que gano con dejarlo de hacer ya que esto siempre representa una nueva oportunidad o experiencia en nuestra vidad sea cual sea el eresultado. saludos
Hola, Alexi. Gracias por tu comentario.
Se trata de pensarlo antes, no durante, es decir, a la hora de elegir qué opción nos conviene más de cara al futuro. Y obviamente no hacerlo con cada decisión de nuestras vidas, porque si no nos volveremos locos. 🙂