La responsabilidad social corporativa (RSC) es una herramienta que están utilizando muchas empresas para mejorar su situación competitiva. La RSC en arquitectura podría funcionar del mismo modo.
Sin embargo, es mucho más que eso. Cuando la RSC se utiliza sólo de esa manera y no está integrada con sinceridad en tu cultura empresarial, pierde su sentido último y se puede volver contra ti.
Términos como “greenwashing” expresan perfectamente este hecho. Esconderse tras un velo verde.
En la serie #ArquitectoMarketero hemos ido haciendo un repaso a vista de pájaro a los puntos principales de la elaboración de un plan de marketing para tu negocio de arquitectura.
Ahora iremos centrándonos en aspectos más concretos, y la RSC en arquitectura es un buen tema para empezar.
¿Qué es la RSC?
La responsabilidad social corporativa (RSC) o responsabilidad social empresarial (RSE) se refiere a la contribución de una empresa a la sociedad por encima de lo puramente exigible.
Se basa en principios de sostenibilidad social, económica y medioambiental, y es mucho más que cumplir la Ley. El cumplimiento de la legislación se da por hecho. La RSC va más allá.
La RSC se basa en principios de sostenibilidad social, económica y medioambiental #arquitectura Share on X
Se traduce en medidas concretas para mejorar el bienestar de las personas (trabajadores, clientes, y otros), cuidar el medio ambiente, lograr una sostenibilidad económica en lo relacionado con la actividad empresarial, etc.
Lo realmente importante es la voluntad real de devolver un valor a la sociedad. Para ello, debemos ser sinceros con las medidas y estrategias que pongamos en marcha. Deben estar alineadas con nuestros valores y cultura, y no ser simplemente un velo para tapar otras cosas o para sacar brillo a nuestra propuesta.
La concienciación de las personas acerca de asuntos éticos y referentes al impacto ambiental en relación a las actividades de las empresas va en aumento, últimamente también en lo que toca a sostenibilidad económica.
Se dice que los millennials son especialmente sensibles a estos temas. Es posible, aunque como siempre estereotipar es arriesgado y parece más un cambio de mentalidad global. En todo caso, la sociedad va en esa dirección.
No es extraño que muchas personas se fijen en elementos de la cadena de suministro al valorar una empresa. Por ejemplo la reducción de las emisiones en el transporte.
Actitudes como la de utilizar mano de obra barata en condiciones precarias en ciertos países o llevar una mala política de conciliación han sido penalizadas por los consumidores.
Greenwashing
Las acciones y estrategias relacionadas con la RSC pueden ser una herramienta de marketing muy eficaz, y por ello muchas empresas las han utilizado de este modo. A veces de manera deshonesta.
En muchos casos se ha intentado vender algo con lo que la empresa realmente no estaba alineada. Muchas personas manifiestan que no confían en lo que las organizaciones cuentan sobre estos temas porque no tienen información veraz.
El término “greenwashing” aparece en ese contexto, en el que algunas empresas han exhibido políticas para proteger el medio ambiente, verdes, cuando en realidad no tenían una gran consideración por ello y actuaban sin escrúpulos con otras acciones menos visibles.
El greenwashing es simplemente un modo de “lavar” su cara (y tal vez su conciencia). Se ha aplicado a la sostenibilidad medioambiental, pero podemos pensar en algo similar para otros ámbitos de la RSC.
El #greenwashing es un modo de lavar la cara con acciones supuestamente sostenibles #arquitectura Share on X
Si la RSC no es real o no se transmite como real, o se deja alguna duda al respecto, se puede volver en contra y se asocia al greenwashing.
Es perjudicial no concretar y pasar a la acción. Es decir, transmitir intenciones y valores pero no ponerlos en práctica. No aplicar medidas exactas y visibles y quedarse sólo en buenas intenciones.
Más vale que las acciones que llevemos a cabo sean importantes para nosotros, nuestros trabajadores o nuestros clientes (para cualquier grupo de interés en realidad), y tengan relación con la cultura de la organización y su modo de ayudar a la sociedad.
La RSC en arquitectura
Y todo esto, ¿cómo se traduce en cuanto a RSC en arquitectura?
Los principios son los mismos, y tenemos muchas opciones para poner en valor nuestra contribución. Probablemente no seas una gran empresa, pero puedes aportar tu granito de arena.
Para empezar, tienes una gran oportunidad en cuanto al producto resultante de tus servicios de arquitectura: el objeto arquitectónico.
En el objeto arquitectónico podemos empezar nuestra estrategia de RSC #arquitectura Share on X
Las actuaciones arquitectónicas tienen de por sí un gran impacto sobre el medio ambiente, la economía y la vida de las personas. Aplicar criterios de sostenibilidad y de fomento del bienestar en ellas puede ser un gran valor.
Ésta es una vía potente que está adquiriendo un buen desarrollo y sobre la cual se pueden generar buenos modelos de negocio.
Fomentar acciones que permitan la participación ciudadana en ciertos procesos o pensar más allá (en el bien común) a la hora de afrontar un problema arquitectónico es un modo de aportar valor a la sociedad por encima de un mínimo exigido.
Tus alianzas también pueden decir mucho sobre quién eres. Por ejemplo, puedes trabajar con banca ética.
El trato a los compañeros que trabajan contigo, la política de conciliación en el estudio, sistemas de gestión que aporten algo a las personas o al medio ambiente, formación continua de los miembros de la organización, acciones colaborativas con iniciativas sociales, patrocinios…
Hay muchas opciones independientemente de tu tamaño, siempre que estén alineadas con tus valores.
¿Certificaciones?
Cuando hablamos de RSC en arquitectura, ¿cómo evitar el efecto greenwashing?
Bueno, aparte de tener ideas claras y honestas, plantear una estrategia global y comunicar bien, hay que cuidar mucho cada acción que se lleve a cabo.
Como siempre, las recomendaciones y opiniones de terceros suelen ser más efectivas. En este sentido, las certificaciones pueden ser una ayuda. Se han utilizado poco en cuanto al funcionamiento de la empresa de arquitectura (por ejemplo, ISO 26000), pero son una vía.
Sí están más en boga las que se relacionan con el producto arquitectónico en sí. Por ejemplo en cuanto a sostenibilidad (LEED, BREEAM, PassivHaus) o bienestar de las personas (WELL).
Son conceptos que van ganando terreno en el mercado poco a poco y que pueden llegar a servir como elemento diferenciador. Van a arrastrar cada vez a más clientes y a alejarlos un poco de la variable “precio”.
Sea mediante una certificación, o mediante una estrategia bien implantada con acciones concretas y bien comunicadas, conviene considerar la RSC en arquitectura como un elemento poderoso de diferenciación e incluso de génesis de tu negocio, íntimamente conectado con tu misión, visión y valores.
La recompensa puede ser muy buena.
Tienes una guía muy completa y recursos varios para conseguir clientes para tu estudio en la categoría MARKETING PARA ARQUITECTOS.
Y ahora, te dejo algunas preguntas.
¿Has pensado en la RSC en arquitectura? ¿Has integrado alguno de estos aspectos en tu negocio? ¿Qué acciones se te ocurren que se puedan llevar a cabo?
Gracias por leerme. Que tengas un buen día.
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tODO ESTO ME PARECE MUY IMPORTANTE COMO ARQ. QUE SOY YA QUE COMO DICE EN SU ARTICULO EL MISMO OBJETO ARQUITECTONICO ES UN P´RODUCTO RESULTANTE A REOLVER UN PROBLEMA, PERO MAS ALLA DE ESTO EL VALOR AGREGADO ES MUY DEFINIDO Y EXIGIDO POR LAS COMUNIDADES Y POR LO TANTO HAY QUE SABERLO ENTENDER Y VALORAR PARA DAR ESA RESPUESTA ACERTADA DONDE TODO PODAMOS TENER UN ESPACIO CADA DIA MAS AGRADABLE QUE COMPARTIR
Así es, Alexi.
Espacios agradables para todos creados por una arquitectura responsable. Vale la pena intentarlo.
¡Un saludo!